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lunes, 15 de diciembre de 2008

Los vándalos deterioran con pintadas el claustro barroco de Celanova

Jesús Manuel García
Localidad:
ourense
Los vándalos han causado destrozos en el claustro barroco del monasterio de Celanova. La acción ha consistido en realizar pintadas sobre las piedras. Nada más acceder a este espacio monumental, la vista se va a una pilastra en la que se ven pintadas dos pequeñas caras. Más adelante, en la esquina en la que confluyen la puerta de la iglesia y la del coro alto, se observan varias letras hechas en un color azulado estridente que cubren toda la superficie del murete bajo uno de los arcos, entre otras. Además, en las paredes de este conjunto artístico quedan restos de pintadas anteriores que afean el conjunto.
El alcalde, Antonio Mouriño, explicó que se enfrentan a un problema grande y que están viendo la forma de tratar las piedras para eliminar esas pinturas de tal forma que no se dañe el monumento.
Este gran claustro se encuentra abierto al público todos los días. Puede acceder cualquier persona, habitualmente no hay vigilancia. Las agresiones a este conjunto no son nuevas. Tanto es así que se hizo necesario cerrar el acceso a la escalera abacial con una cancilla de hierro para evitar que desconocidos se metiesen en ese lugar a hacer de las suyas.
La idea del Concello es restringir el paso de personas a este claustro. De momento lo usan los miembros del Centro Social, ubicado en una panda de este espacio, acceso diario que en unos meses, según Mouriño, se hará desde la parte trasera del monasterio, pudiendo regular mejor el acceso al claustro sin estar en función del horario del centro de mayores.
Mientras se efectúan arreglos importantes en el rico patrimonio de este monasterio, los gamberros atentan contra uno de los claustros barrocos más célebres en España, aparte del valor que por sí mismo tiene. Es el antiguo claustro procesional. En 1550 Juan de Badajoz empezó a hacer la bóveda y con ella parece que inició la construcción del nuevo claustro que otros continuaron. Así podemos observar bóvedas con nervaduras del gótico final. La arquería aparece con seis huecos en cada una de las cuatro caras con arcos de medio punto. El piso superior, obra de Fray Plácido Iglesias, data del segundo tercio del siglo XVII, y destaca por la suntuosidad de su decoración.
Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2007/02/07/5526749.shtml

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